Billarconsejos

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El ADN del billarista profesional

¿Qué tiene en común Darren Appleton, Shane Van Boening, Shaun Murphy o Frédéric Caudron?

Que juegan de escándalo y que son billaristas campeones. Eso es, profesionales como la copa de un pino que destacan en sus respectivas modalidades.

¿Y qué han hecho y siguen haciendo para estar en lo más alto? Entrenar duro, competir un montón, aprovechar las oportunidades, perder mucho y no tirar nunca la toalla. Comportarse como auténticos deportistas, vaya.

En el post de hoy destaco 10 características que comparten los jugadores top para que aprendamos de ellos. Este es el ADN del billarista profesional.

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Un buen saque es media victoria | Billarconsejos

En cualquier torneo vas a tener que sacar. Sí o sí. Dependiendo de si es saque alternativo o saque ganador, sacarás más o menos, pero siempre tendrás que romper.

Y romper no es ninguna tontería. Es muy importante. Si sacas bien y entras bola, mantienes la iniciativa; por el contrario, la entregas a tu rival y te sientas. Cuánto mayor sea el nivel de ambos, más crucial es el saque. Muchas veces incluso es el factor que decanta un partido de un lado o de otro.

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Abajo no se piensa, se tira | Billarconsejos

Muchos billaristas bajan al tiro sin tener claro lo que quieren hacer, cómo quieren entrar esa bola y hacia dónde quieren ir después. Y terminan de decidirse una vez abajo. De repente, por ejemplo, dejan de limar para un retroceso y pasan a un corrido, o deciden repentinamente aplicar efecto a la blanca cuando originalmente apuntaban al centro.

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Cuando no esperas ganar

Tras diez horas de campeonato, seis partidos y con 5-5 en el marcador de la final, tenía en frente la bola 10 definitiva. La última, la decisiva, la de ganar. Esa bola que todos soñamos y que también tememos. Tenía que acabar dentro como fuese, aunque estuviera un poco escorada y aunque el corazón latiera demasiado rápido. Lógico, estaba muy nervioso y no recuerdo qué pensé en ese instante. Tal vez no pensé nada, simplemente disfruté esa última 10. Por eso acabó dentro.

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